Estamos seguros que habrán visto infinidad de casos a lo largo de su vida en los que, en una pareja de novios, normalmente él, no se atreve a dejar a la novia y trata de que sea la novia la que le deje, haciéndola todo tipo de perrerías para que se harte y decida cortar con la relación.

Ese tipo de comportamientos, que no es más que un acto de cobardía, hay mucha gente que lo realiza en cualquier tipo de circunstancia de su vida. Muchos incluso en su vida profesional, viendo lo que estamos viendo del juez Joaquín Elías Gadea Francés.

Como recordarán, en el asunto que se está dirimiendo en la Audiencia Nacional contra el Expediente Royuela y contra el juez Fernando Presencia, varios de los investigados pidieron la recusación del juez Gadea: Fernando Presencia, Alberto Royuela, Juan Martínez Grasa y Álvaro Arteaga.

Debido a esa petición, Gadea no tuvo más remedio que admitirla a trámite pero a la vez, antes de informar sobre ella, dictó una resolución ilegal pidiéndole a la UDEF que informara acerca del supuestamente “carácter falsario” de las denuncias de ACODAP, que ni siquiera forma parte de los investigados en este asunto.

Pero ahora, lejos de rectificar, Gadea vuelve a cometer otra ilegalidad, dado que ha dictado un auto en el que rechaza su propia recusación, “olvidándose” incluir en ese auto a uno de los que se la pedían: Alberto Royuela; y lo hace, además, en forma precisamente de “auto”, cuando lo que tenía que haber emitido era un “informe” teniendo en cuenta que desde su recusación tiene que apartarse del procedimiento y no puede acordar resoluciones judiciales.

Como no nos parece normal que Gadea sea desconocedor de las irregularidades en las que está cayendo, ya empezamos a creer que se trata de una estrategia del propio juez. Y es una estrategia muy sencilla, como la del ejemplo de la pareja de novios de la que hablábamos antes: no me atrevo a irme, pero que sean otros los que me echen.

¿Lo harán?